El metro de Roma, inaugurado en 1955, consta de tres líneas principales: A (naranja), B (azul) y C (verde). Atiende los barrios centrales y periféricos, conectando sitios clave como la estación Termini, el Coliseo y el Vaticano. La línea C, aún en expansión, incorpora tecnologías modernas y estaciones automatizadas. A pesar de su red limitada comparada con otras capitales europeas, es un medio rápido para evitar el tráfico denso de la ciudad. Su funcionamiento comienza alrededor de las 5:30 y termina hacia las 23:30, con una extensión nocturna los fines de semana. Los billetes son válidos en toda la red de transporte público de Roma.

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